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Hace mucho que aprendí a decir: si wey es mi culpa, ya, aquí muere. Porque honestamente es mejor para mi salud mental que engancharme.

Hay un jardín entero en mi mente donde planto cada palabra que me han dicho. Algunos florecen al instante, algunos tardan años pero ninguno muere nunca.

Dormir es uno de mis mayores mecanismos de defensa y la manera más fácil de saber cuando estoy pasando por algo.

Las flores no están hechas para durar. Su función es ayudarnos a vivir el presente y el momento presente.

Graben audios, tomen fotos y valoren momentos. hay voces que nunca volveremos a escuchar, personas que no volveremos a ver y momentos que no volveremos a vivir.

He estado pensando en eso todo el día, en que ya no quiero abrumar a la gente con mis sentires recurrentes y que entonces por eso prefiero ya no decir nada de lo que siento. A veces siento que hasta para mí es abrumador saber que sigo sintiendo algo que no logro sanar.

Alguien podría explicarme como es que el hombre se esfuerza tanto por conquistar a una mujer y después de conquistarla parece que se esfuerza mucho por perderla.

Si está destinado a ser, nos vemos luego.

Seguro que hay alguien que sabe cuál es mi canción favorita; que disfruto mirar la luna y que lloro cada vez que recuerdo a mi abuela.

Un día aprendí que aquello que puede llegar a mi vida también tiene derecho a irse, que no existe un para siempre, que todo cambia y que soltar lo que te retiene te permite recibir lo que mereces. Tuve que aprender a soltar situaciones y personas para aferrarme muy fuerte a mi.

Estoy celosa de las personas que no son sensibles, que no se toman las cosas en serio, que no entran en pánico, que saben cómo ignorar, que no pierden su tiempo en pensar demasiado, que no tienen problemas de apego, estas personas son las más bendecidas a las que siempre envidio.

A veces quisiera desaparecer un ratito. No para siempre, no del todo. Solo pausar. Desaparecer del ruido, de las exigencias, de los mensajes que esperan respuesta. Irme del mundo sin tener que explicarlo. No para que me olviden, sino para poder volver más tranquila. Más yo.

Me encanta cuando no tengo que cuidar lo que digo nadie torciendo mis palabras, ningún malentendido, nadie buscando defectos. Simplemente vibro con personas que me ven y me entienden. Ahí es cuando sé que estoy con las personas adecuadas.

Yo cuando tenga mi huerto

Está cuenta es un reflejo de mi alma, soy yo amando las flores, la naturaleza, el océano, soy yo amando mi color y fruta favorita, amando a mis cantantes favoritos, amando las cosas bonitas y a mis personajes favoritos. Simplemente soy yo expresándome libremente, soy yo siendo yo

Me gusta la gente que se emociona con el cambio de estaciones, el sonido de la lluvia, ver atardeceres, el olor del café recién hecho y las noches estrelladas.

El impulso femenino de tocar con amor los pétalos de las flores.

Cuando muera quiero convertirme en un árbol Para poder extender mis raíces y crecer todo lo que no crecí en vida