Pioja 🧚🏽‍♀️

Juro por Dios que lo olvidaría, pero no puedo.

No supe cuánto daño me habían hecho, hasta que entendí que había cerrado mi corazón, por miedo a romperme de nuevo.

No quiero otras manos, si solo las tuyas saben la medida exacta de mi cintura; ni espero que otros ojos me miren como tú lo hacías. No hay otra voz que diga mi nombre, porque solo en la tuya suena a refugio. Ni otras promesas, ni otros destinos, si contigo me bastaba el presente.

Ahí, en lo más profundo de mi pecho, donde duermen los suspiros rotos, donde yacen mis secretos y las heridas aún duelen, ahí sigues estando tú.

Ámame con la tragedia de Troya, quemando reinos por una piel que nunca olvidaste; haz de mí, tu guerra santa; hazme tu Cleopatra, invencible y rota, que se hunde con su imperio antes de arrodillarse. No me des un amor correcto, dame uno que merezca ser contado siglos después.

Quiéreme con esa mezcla de rabia y ternura, como quien quiere olvidar y no puede, como quien jura no volver, pero regresa. Hazme tu patria, tu exilio y frontera. Déjame dolerte un poco, para que me recuerdes mejor.

No me quieras fácil, ni a ratos. No me ames despacio, yo no fui hecha para amores tibios, Ámame como quien reconoce una herida, y aun así, decide quedarse. Quiéreme sin patria ni bandera, con terquedad y premura.

Ya no son las ganas de estar contigo, son las ganas de no querer a alguien en estos momentos.

Me dijeron que tenía que olvidarte, pero el día que te fuiste, todo colapsó. Y justo cuando las lágrimas me vencían, volviste a susurrarme que aquello no eran ruinas… era el mundo, rendido a mis pies.

Tal vez me aburren todos porque en el fondo espero que sean como tú.

No pido que vuelvas, lo juro, solo pido que salgas de una vez de mi mente.

Mereces conocer otros amores, pero no dejes que use tus camisas de pijama, volviéndolas refugio durante las noches de frío; no cierres los ojos cuando te bese, no te rindas a caricias ajenas, ni escribas roces en una piel que no conoce tu idioma. Solo, por favor, no te enamores.

Nos quedamos a tres besos de tocar el cielo, a dos "te quiero" de romper las reglas, y a un "no te vayas" de quedarnos para siempre. En fin, casi lo logramos.

A diario me pregunto si, en algún rincón del día, aunque sea por un instante fugaz, en medio de un suspiro o en un parpadeo involuntario, alguna vez piensas en mí.

Nuestra despedida dolió menos que la certeza de saber que, ni en este cielo ni en esta vida, volveríamos a encontrarnos.

Toda la vida escuchando que soy el tipo de persona que cualquiera se sentiría afortunado de tener, y para ninguno he sido suficiente como para que quiera quedarse. Porque no es solo sentirse no querida, es sentirse temporal. Cargar con el peso de ser “valiosa” solo en teoría.

Yo podía luchar contra todos para que te quedaras, pero no contra ti.

Ufff ✨️

Hay días en los que la vida me queda grande de tanto extrañarte.

La verdad es que después de haberlo conocido a él, no quiero conocer a nadie más.