Analista del amor
@Analistadelamor
🖋️ Analista del amor y de las ausencias. Escribo sobre lo que arde, lo que duele y lo que deja huella.
Me doliste, sí. Pero también me abriste los ojos. Gracias por irte, ahora soy quien siempre fui, pero sin necesidad de que alguien me nombre.
Caí tantas veces por seguirte, pero aprendí a volar con mis propias alas. Hoy no hay magia, ni lamentos. Solo cielo abierto y un rumbo que ya no lleva tu nombre.
No me duele perderte, me dolía sostenerte. No me quedan lágrimas, ni excusas. La magia se quebró y no pienso recoger los restos. Recoge tu historia que yo... ya escribo otra.
Pensé que te había perdido a ti, pero en realidad me había perdido a mí. Hoy no duele tu ausencia… porque en ella, por fin, me encontré.
Te fuiste y dolió, sí. Pero aprendí a respirar sin ti. Vendí tu recuerdo sin remordimientos y con lo que gané, construí un amor que no me rompe.
Tardé en entenderlo, pero ya no duele como antes. Pensarte ya no me rompe, me reconstruye. No voy a morir por ti. Voy a vivir mejor sin ti.
No todos los incendios destruyen. Algunos nos enseñan a bailar entre llamas. Ardí por ti, sí…pero ahora ardo por mí y eso nadie me lo apaga.
Fui todo lo que necesitabas, menos suficiente. Hasta que me miré al espejo sin tus ojos y entendí que valgo más cuando no me disminuyen.
Te fuiste creyendo que me perdía. Pero no sabías que yo apenas comenzaba el viaje. Gracias por bajarte a tiempo, mi destino era mucho más lejos.
Asimilarte fue más lento que perderte. Pero hoy, sin lágrimas, lo veo claro, no eras mi final, eras el comienzo del amor que ahora me debo.
El amor no siempre tiene lógica. A veces sólo llega, te envuelve, arde y cuando se va, te deja con más emociones que respuestas. Y está bien. No todo debe entenderse.
Bajo la almohada ya no duerme la pasión, solo el silencio incómodo de dos que no saben cómo soltar, pero tampoco quieren quedarse.
Ya no te escribo desde la herida, sino desde el fuego que dejaste encendido. Aprendí a arder sin quemarme, y a quererme justo donde tú no supiste quedarte.
Cada adiós me hizo más fuerte, cada silencio me enseñó a escuchar mi voz. Escribo con la fuerza de quien se libera de viejas sombras y brilla con luz propia.
A veces el amor no se va, solo se esconde detrás del orgullo. Y duele más no decir nada, que haberlo dicho todo.
Me costó aceptarlo. Pero tu ausencia no empezó cuando te fuiste, empezó mucho antes, cuando dejaste de mirarme como antes.
El dolor fue parte de mi historia, pero hoy me levanto de él. No temo a la ausencia, porque aprendí a forjar mi propio fuego. Soy más de lo que perdí.
Un mundo se apaga cuando se va quien amamos, pero otro más sereno, más tuyo empieza a despertar. A veces perder también es volver a ti.